Hace unos días estuve releyendo los artículos de Larra, que actuales me siguen pareciendo.
Como profundo conocedor de la sociedad de su tiempo y muy preocupado por todos sus problemas utilizaba su profesión periodística para analizar en sus artículos todo lo que consideraba que estaba mal.Para Larra, nada estaba bien, lo criticaba todo; era un idealista que quería cambiar el mundo. Esta actitud la hacía notar en los diferentes artículos de costumbres de crítica social y crítica teatral.
Criticaba las tradiciones, las costumbres en general , la lentitud de la burocracia, los funcionarios vagos y perezosos el patriotismo mal entendido , la mala educación, la hipocresía del español, la incultura en la que se encontraba el país: "un país que no enseña , no puede progresar", la falta de ocupación del señorito madrileño, la falta de higiene en los establecimientos públicos, sobre todo en fondas y cafés y la escasa honradez de los que la regentaban, las reuniones de la alta sociedad en la que solo importaba aparentar lujo. La falta de preparación de los actores causantes del deterioro que sufría la escena española.
La preocupación política, la libertad y la justicia fueron otros temas tratados por Larra, la ineptitud del Gobierno y de los políticos aparecía reflejado en varios artículos.
El desencanto final y el desengaño político y amoroso pudieron más que él, se nota su amargura en los últimos artículos, donde ya le rondaba la idea del suicidio como nos lo da a entender en su artículo"La nochebuena de 1836".